“Lo poco gusta y lo mucho cansa”, o mejor aún: el punto
intermedio es la mejor opción, que así hay para todos. Siempre hay prejuicios
sexuales que dan que hablar: el tamaño, la destreza, el sexo oral, el orden de
las cosas… Y el tiempo. Pero lo cierto es que la satisfacción no tiene por qué
llegar después de una hora, ni de media, ni de un cuarto. Sigue leyendo.
1 NO MIRES EL RELOJ
Cuando estás con los cinco sentidos en la cama, los minutos
no existen. Pueden pararse en plena excitación mental y llenarse de placer con
cuenta gotas. Esos momentos que se hacen eternos se perciben así porque se
disfrutan al máximo (eso sí que es un mindfullness en condiciones).
Cuando tenemos relaciones sexuales de calidad, la
concentración es plena. Y lo que es un minuto en la vida real, parecen diez en
tu cuerpo.
2 ECHA LA VISTA ATRÁS
¿Recuerdas tu mejor último encuentro sexual? ¿O los cinco
mejores? ¿Cuánto duraron? Está demostrado que cuanta más carga erótica haya y
más ganas de fundirte con la otra persona, más rápido acaba todo. Pero se
disfruta el proceso y el orgasmo plenamente. En ese momento, nadie controla la hora.
3 ESTUDIOS CIENTÍFICOS
Un estudio del Journal of Sexual Medicine está de acuerdo
con el punto anterior, y menciona que el tiempo promedio suficiente para una
relación sexual oscila entre los 5 y los 7 minutos. Hay que matizar que la
muestra era heterosexual.
4 JUEGOS PREVIOS, APARTE
Son una parte fundamental y en ellos se emplean más minutos
que en coito, en concreto unos diez. Precalentar el horno siempre es necesario
para lo que viene después, así que esos siete minutos van siempre aparte. Por
si ya pensabas escaquearte e ir directamente al grano.
5 CAMINO HACIA EL ORGASMO
La razón de que el coito deba durar ese tiempo es la
excitación acumulada en los preliminares, es lo que anticipa la llegada al
clímax. Con el tiempo priman las relaciones de calidad, y estas no son otras
que aquellas que acaban con sensación de plenitud sin importar el tiempo.
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